Un mes después de mi viaje en el tiempo decidí que ya era hora de averiguar si podía regresar al pasado y emprender una nueva aventura. Escogí el segundo libro de la trilogía de “Los caminos de Santiago”, lo abrí por una página al azar, y de repente todo se distorsionó y aparecí en medio de una calle ancha de un pueblo que me pareció muy acogedor. Empecé a caminar y poco después me di cuenta de que no llevaba mi libro y de que vestía con un atuendo de la época. Gracias a ese ropaje supuse que me hallaba entre el siglo X y el XV, acto seguido me encontré a unos campesinos que me indicaron que me encontraba en Sarria, Lugo, en el siglo XII. Según mis cálculos me encontraba a unos 100 km de Santiago de Compostela, mi destino.
El sol ya caía por lo que fui en busca de un alojamiento, aproximadamente una hora más tarde me acogieron en un monasterio, en el que pasé la noche. Al día siguiente cabalgué en un caballo que conseguí en un establecimiento al lado del monasterio, hasta llegar al anochecer a Palas de Rei. Y ahí me alojé en unas cabañas de los alrededores, sin embargo no pude comer nada más que un miserable trozo de pan. Por la mañana salí pronto para llegar lo antes posible a Santiago de Compostela y buscar mi libro para regresar a casa.
Finalmente alcancé mi destino por la tarde e inmediatamente entré en la Catedral de Santiago, la registré hasta que me tope con la obra que me llevaría de vuelta a casa, seguidamente lo abrí. Regresé a mi hogar después de pasar dos noches fuera, aunque en el presente seguía siendo el mismo dia que me fuí. Sentía un hambre voraz así que cené y descansé para mi próxima hazaña.