Según el oráculo de Delfos, Apolo, hijo de Leto y Zeus y hermano de Ártemis, acabaría con la vida de su primogénito. Resuelto a que su destino no se cumpliera, Apolo intentaba contener un poco más su rabia cada día.
Un día Apolo se fue a pasear por el bosque, ahí se encontró a una joven misteriosa, pero hermosa a la vez, el Dios decidió cambiar de aspecto para que no lo reconocieran como tal. Se transformó en un joven apuesto, con cabello de oro, ojos de color miel y un cuerpo muy musculoso. Apolo se presentó como Marcos, un simple campesino que vivía en un pueblo cercano y la joven se presentó como Soraya, una simple ama de casa que paseaba por el bosque en sus ratos libres.
Apolo decidió conquistar a Soraya, y un año después Soraya concibió a un niño, al que le llamaron Mercurio. Más tarde Soraya le confesó a Apolo que ella era Ártemis, la diosa de la naturaleza, y él de un ataque de rabia, al saber que Soraya era su hermana, mató a Mercurio. Ártemis se quedó petrificada al ver como mataban a su hijo, más tarde Apolo le explicó quién era él en realidad y desde entonces ellos ya no se hablan, y su historia nunca ha sido desvelada.
Un mito muy original.
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