miércoles, 1 de abril de 2020

Viajeros de papel. Tiempo de valientes.

Dos semanas después de mi última aventura decidí emprender un nuevo viaje en el tiempo. Rebusqué en la estantería del salón y, esta vez, cogí un libro titulado “Mujeres en el deporte”, lo abrí por una página al azar y todo se oscureció.

De repente me encontraba en las gradas de una especie de estadio, que me pareció antiguo por sus instalaciones.Le pregunté al señor de mi lado y me explicó que me encontraba en Estados Unidos, en los años 50, disfrutando un partido de el equipo de béisbol “Kansas City Monarchs”. No entendía por qué motivo el libro me había situado ahí, así que salí para investigar un poco el lugar. Ya fuera del estadio choqué con una señora y caí al suelo:

  • ¡Ay! Perdona, me he despistado y no la he visto - se excusó la señora amablemente - ¿necesita ayuda?
  • No, tranquila estoy bien- le contesté, su cara me resultaba familiar- perdona, ¿nos conocemos? 
  • Ahora mismo no caigo en quién es usted, yo soy Marcenia Lyle Alberga, encantada.
  • Lo mismo digo, yo soy Cellie - dije casi susurrando, ¡ella era Toni Stone! - usted es Toni Stone? pregunté sin preámbulos.
  • ¡Sí! ¿De qué me conoce?
  • A usted la conozco gracias al deporte que practica, se le da genial y le considero una persona muy valiente, ha podido dedicarse
 a lo que le gustaba y ¡ha superado todas las dificultades! - le dije ilusionada.
  • Me alabas - contestó felizmente- aunque no me ha resultado un camino sencillo, he luchado por mis derechos, como mujer, contra el racismo e, incluso, he fingido tener 22 años en vez de 32 para entrar en mi segundo equipo de béisbol.
  • ¡Wow! - exclamé sorprendida- ya verás como algún día serás reconocida en todo el mundo -  afirmé, sabiendo que poseía un lugar en el Salón de la Fama de Cooperstown. 
  • No puedo sentirme más afortunada escuchando tus palabras, pero ahora me debo ir, hasta la próxima - se despidió.
  • Adiós.
Después de aquel encuentro volví a coger el libro y regresé a casa. Otra aventura ya cumplida, y intuía que no sería la última.



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